Proyecto 1867: Desastres y memoria en Puerto Rico
El año 1867 fue uno muy particular y de gran impacto para los residentes de Puerto Rico. En dicho año se experimentaron tres de las amenazas naturales a las cuales está expuesta la isla y sus habitantes: el huracán San Narciso, una serie de terremotos y un tsunami. Ciento cincuenta años más tarde, el 20 de septiembre de 2017, nos visitó el poderoso huracán María. Antes del paso del huracán María, habían transcurrido casi dos décadas del paso de un huracán intenso sobre Puerto Rico (el huracán de categoría 3 Georges, en el 1998) y cerca de 90 años en los cuales la isla no recibía el azote de un huracán con vientos de tal magnitud (el huracán de categoría 5 San Felipe II, en el 1928). Mientras, en el 1918, el terremoto San Fermín, un terremoto de magnitud 7.3, sacudió la isla afectando particularmente la región oeste. Este fue seguido por un tsunami. Poco más de 100 años después, el año 2020 nos recibió con la sacudida de varios terremotos, el más intenso de magnitud 6.4. Ese mismo año, en marzo del 2020, se comenzaron a reportar los primeros casos de COVID-19 en la isla.
En el Proyecto 1867: Desastres y memoria en Puerto Rico, recalcamos y damos a conocer los eventos ocurridos en el año 1867, los cuales son poco conocidos en nuestro contexto de desastres. Lo usamos como punto de partida para documentar eventos subsiguientes, tanto de gran magnitud como aquellos de menor magnitud, pero de mayor ocurrencia. Con ello pretendemos proveer información sobre dichos eventos y fomentar el diálogo sobre el tema de desastres en la isla, además de enfatizar la importancia de desarrollar planes de manejo a diferentes niveles, ante el posible arribo de estos. El proyecto también es una vía para que las y los estudiantes participantes conozcan sobre nuestra situación geográfica, historial de desastres y los diversos factores históricos, humanos, sociales, económicos, políticos e institucionales que contribuyen a que una amenaza natural se convierta en un desastre. Además, los expone y les provee experiencias prácticas en investigación, labor creativa y diseminación de información para diferentes audiencias y en diferentes formatos.
El proyecto se desarrolla dentro del marco de estudio de la llamada “memoria social” —también conocida como memoria local, memoria colectiva o, simplemente, memoria— concepto que hace referencia a las experiencias acumuladas, el conocimiento adquirido y lo aprendido a partir de desastres previos. Así, pues, la memoria se torna en un elemento para la reorganización y la renovación de sistemas socioecológicos luego de un desastre; lo que ayuda al desarrollo de individuos, sociedades y ecosistemas más resilientes. Ayuda también a cuestionar lo vivido y a reflexionar sobre ello. El Proyecto 1867 intenta aportar a dichos procesos.
En el Proyecto 1867: Desastres y memoria en Puerto Rico, recalcamos y damos a conocer los eventos ocurridos en el año 1867, los cuales son poco conocidos en nuestro contexto de desastres. Lo usamos como punto de partida para documentar eventos subsiguientes, tanto de gran magnitud como aquellos de menor magnitud, pero de mayor ocurrencia. Con ello pretendemos proveer información sobre dichos eventos y fomentar el diálogo sobre el tema de desastres en la isla, además de enfatizar la importancia de desarrollar planes de manejo a diferentes niveles, ante el posible arribo de estos. El proyecto también es una vía para que las y los estudiantes participantes conozcan sobre nuestra situación geográfica, historial de desastres y los diversos factores históricos, humanos, sociales, económicos, políticos e institucionales que contribuyen a que una amenaza natural se convierta en un desastre. Además, los expone y les provee experiencias prácticas en investigación, labor creativa y diseminación de información para diferentes audiencias y en diferentes formatos.
El proyecto se desarrolla dentro del marco de estudio de la llamada “memoria social” —también conocida como memoria local, memoria colectiva o, simplemente, memoria— concepto que hace referencia a las experiencias acumuladas, el conocimiento adquirido y lo aprendido a partir de desastres previos. Así, pues, la memoria se torna en un elemento para la reorganización y la renovación de sistemas socioecológicos luego de un desastre; lo que ayuda al desarrollo de individuos, sociedades y ecosistemas más resilientes. Ayuda también a cuestionar lo vivido y a reflexionar sobre ello. El Proyecto 1867 intenta aportar a dichos procesos.