Bajo el lodo: A tres décadas del gran deslizamiento
Por: Abimael Castro Rivera
Un disturbio tropical en vías de desarrollo, en octubre de 1985, fue capaz de generar huellas tan pronunciadas como las de un propio ciclón. Se trata de una fuerte onda tropical que afectó a nuestro archipiélago durante 3 días: los días 5, 6 y 7 de octubre. Dicha onda generó cantidades de lluvias que ascendieron a casi 24” pulgadas en un periodo de 24 horas. Desde 1899, tras el paso del huracán San Ciriaco, no había ocurrido un episodio de lluvia tan significativo.
Sin lugar a duda, esto constituyó un récord de precipitación en la isla; además, fue la causa de innumerables eventos de inundaciones, colapso de edificaciones y deslizamientos de terreno. La combinación de estos desastres resultó en la muerte de alrededor de 150 personas y en decenas desaparecidas, el desalojo de sobre 4,000 ciudadanos y grandes pérdidas a estructuras. Para que tenga una idea del evento catastrófico de lluvia, las escorrentías de varios ríos se estimaron de igual o superior magnitud a inundaciones de intervalos de 100 años. Estos fueron los casos de ríos como: el Río Coamo, el Río Inabón, el Río Descalabrado, el Río Jacaguas, el Río Cerrillos, el Río Portugués y el Río Grande de Manatí y los que transcurren entre Santa Isabel y Ponce.
La magnitud de este evento de lluvia fue tal que hubo colapsos de puentes, como en el caso de Santa Isabel, donde se suscitaron algunas de las desgracias más desgarradoras. Ese municipio fue escenario de la muerte de 4 policías, 3 de los cuales transitaban en el momento en que el puente colapsó y otro que cayó al vacío al no percatarse de que éste había colapsado. Otro de los municipios más afectados, también en la zona sur, fue Ponce. Precisamente, fue en la mitad sur del país donde se registraron las mayores acumulaciones de precipitación. Allí, en Ponce, se vivió un desastre jamás presenciado; uno de gran devastación y pérdidas, tanto de vidas como económicas. Se trata de un gran deslizamiento de terreno ocurrido en el barrio Mameyes; el mismo nombre con el cual se conoce este desastre.
Eran alrededor de las 3:00 a.m. de aquel fatídico 7 de octubre de 1985 cuando el barrio Mameyes se convirtió en el sector más afectado por el paso de la fuerte onda tropical. En esa comunidad, unos 200,000 m3 de material geológico se deslizaron por la pendiente de un cerro. Justo en la falda del cerro vivían sobre 100 familias. El deslizamiento arrastró consigo sobre 100 hogares, dentro de los cuales la mayoría de sus habitantes dormían. Así fue como centenas de personas quedaron sepultadas bajo el material, evento que resultó en cerca de 130 personas fallecidas. De estas, solamente unos 50 cuerpos fueron recuperados. Cabe señalar que la tarea de búsqueda y rescate se vio afectada, ya que según publicó uno de los diarios más importantes del país, el personal de Defensa Civil no contaba con herramientas suficientes, como linternas. Esto dio paso a que el gobierno se viera forzado a activar a la Guardia Nacional para dar apoyo al personal local, decisión que fue criticada por residentes de Ponce dado a la tardanza “del grito de auxilio”. A estos esfuerzos también se le unieron los franceses, quienes aportaron con los servicios de canes adiestrados en la búsqueda de cadáveres.
El número de muertes en Mameyes es la mayor cifra atribuida a un solo deslizamiento de tierra en la historia de Estados Unidos y sus territorios, y la peor de este tipo reportada en Puerto Rico. Este evento se produjo, principalmente, por la caída de hasta 5 pulgadas de lluvia en un lapso de tan solo 2 horas. Sin embargo, otros factores, de origen antropogénicos, también se mencionaron como causantes del desastre: un tubo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y el uso inadecuado de pozos de agua. En el caso del tubo de la AAA presuntamente, este llevaba varios años con un escape del líquido, mientras que en el caso de los pozos sépticos se hizo alusión a los desbordamientos continuos por su inadecuada construcción y mantenimiento. Todas estas variables condujeron a la inestabilidad y sobresaturación del suelo, que, junto a las copiosas lluvias, resultaron en condiciones propicias para un gran deslizamiento de tierra.
Otras situaciones lamentables se reportaron en otros municipios como Santa Isabel, Caguas, Cidra y Jayuya. En todos estos, hubo muertes por ahogamiento y personas arrastradas o desaparecidas a raíz de golpes de agua. En Santa Isabel también colapsaron puentes por donde varios conductores cayeron al vacío, sumergiéndose en el Río Coamo, situación que provocó un total de 25 muertes. Además, sobre 700 familias perdieron sus hogares.
El desastre conmovió a la diáspora, a la región del Caribe y a Estados Unidos. A raíz del evento, se hicieron dos maratones de recaudación de fondos, uno local y otro en Nueva York. Estos resultaron en el recaudo de sobre $7 millones de dólares, $5 de ellos recaudados en nuestra región. Personajes muy conocidos en aquella época ―como Mario Moreno Reyes, mejor conocido como Cantinflas― se dieron cita en Puerto Rico para traer ayuda por parte del Gobierno mexicano; esto en agradecimiento con nuestra isla tras haber llevado ayudas a México, un mes antes, dado a la destrucción que allí generó un gran terremoto. Por su parte, el Gobernador Rafael Hernández Colón, quien es natural de Ponce, hizo gestiones con el Gobierno federal, y el presidente de entonces Ronald Reagan, para que se asignaran $10 millones de dólares para atender la tragedia, de los cuales se asignó un monto de $300 por cada familia afectada por el derrumbe.
Días después del deslizamiento, las autoridades trataban de dar con el paradero de más sobrevivientes. Atendían, además, la preocupación de los ciudadanos ante la susceptibilidad de contraer enfermedades. En este caso, el gobierno aprovechó la situación para promover la vacunación entre los afectados. Entretanto, ciudadanos ajenos al área del desastre visitaban el lugar para tomar fotografías o apropiarse de artículos que quedaron parcialmente sepultados por el lodo. Esto causó gran frustración y descontento por parte de los residentes del sur; tanto o más que el que se produjo al conocerse sobre los planes del gobierno de crear un parque en este lugar. A poco más de 3 décadas del evento, El parque de la recordación del barrio Mameyes, recientemente renombrado como Memorial de la recordación del barrio Mameyes, es la cede de conmemoración del deslizamiento. Varios de los sobrevivientes de la barriada se trasladaron a una comunidad al norte de Mameyes, denominada como el Nuevo Mameyes. Entretanto, hay una sala dedicada a este desastre en el Museo de la Historia de Ponce, ubicado en el casco urbano del municipio.
A nivel isla, y en términos de otros impactos a causa del paso de la onda tropical, la cosecha del café se vio seriamente afectada, con pérdidas ascendentes a $15 millones. Otros $440 millones se les añaden a las pérdidas, esto por daños a viviendas y asociadas al traslado o ayudas provistas a los damnificados. El Gobierno federal, a través de la Cruz Roja y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), proveyeron fondos para sufragar gastos; además de asistir con la provisión de tanques de agua y puentes portátiles. Otros contratiempos como la falta de energía eléctrica, la interrupción en las redes de comunicaciones y una pausa parcial en las clases del Departamento de Educación también fue parte de lo que conllevó este desastre.
Una vez la onda tropical se retiró de nuestra isla, se convirtió en depresión tropical al sur de República Dominicana, donde hizo entrada, y, posteriormente, en la tormenta Isabel. Ya con un centro de circulación atmosférico constituido, Isabel continuó su rumbo hacia el noroeste a través de La Española, el 7 de octubre, todavía dejando una estela de mal tiempo y gran nubosidad en Puerto Rico. Posteriormente, llegó a la región entre el noreste de Florida y el sureste de Georgia el 10 de octubre de 1985. En aquel entonces, y tras la interacción con un frente frío, el sistema perdió fuerzas hasta degradarse nuevamente a depresión, tomando un giro hacia el noreste y se desplazó sobre aguas frías del Atlántico. Estas zonas no reportaron eventos tan severos como los que ocurrieron en nuestra isla.
Sin lugar a duda, esto constituyó un récord de precipitación en la isla; además, fue la causa de innumerables eventos de inundaciones, colapso de edificaciones y deslizamientos de terreno. La combinación de estos desastres resultó en la muerte de alrededor de 150 personas y en decenas desaparecidas, el desalojo de sobre 4,000 ciudadanos y grandes pérdidas a estructuras. Para que tenga una idea del evento catastrófico de lluvia, las escorrentías de varios ríos se estimaron de igual o superior magnitud a inundaciones de intervalos de 100 años. Estos fueron los casos de ríos como: el Río Coamo, el Río Inabón, el Río Descalabrado, el Río Jacaguas, el Río Cerrillos, el Río Portugués y el Río Grande de Manatí y los que transcurren entre Santa Isabel y Ponce.
La magnitud de este evento de lluvia fue tal que hubo colapsos de puentes, como en el caso de Santa Isabel, donde se suscitaron algunas de las desgracias más desgarradoras. Ese municipio fue escenario de la muerte de 4 policías, 3 de los cuales transitaban en el momento en que el puente colapsó y otro que cayó al vacío al no percatarse de que éste había colapsado. Otro de los municipios más afectados, también en la zona sur, fue Ponce. Precisamente, fue en la mitad sur del país donde se registraron las mayores acumulaciones de precipitación. Allí, en Ponce, se vivió un desastre jamás presenciado; uno de gran devastación y pérdidas, tanto de vidas como económicas. Se trata de un gran deslizamiento de terreno ocurrido en el barrio Mameyes; el mismo nombre con el cual se conoce este desastre.
Eran alrededor de las 3:00 a.m. de aquel fatídico 7 de octubre de 1985 cuando el barrio Mameyes se convirtió en el sector más afectado por el paso de la fuerte onda tropical. En esa comunidad, unos 200,000 m3 de material geológico se deslizaron por la pendiente de un cerro. Justo en la falda del cerro vivían sobre 100 familias. El deslizamiento arrastró consigo sobre 100 hogares, dentro de los cuales la mayoría de sus habitantes dormían. Así fue como centenas de personas quedaron sepultadas bajo el material, evento que resultó en cerca de 130 personas fallecidas. De estas, solamente unos 50 cuerpos fueron recuperados. Cabe señalar que la tarea de búsqueda y rescate se vio afectada, ya que según publicó uno de los diarios más importantes del país, el personal de Defensa Civil no contaba con herramientas suficientes, como linternas. Esto dio paso a que el gobierno se viera forzado a activar a la Guardia Nacional para dar apoyo al personal local, decisión que fue criticada por residentes de Ponce dado a la tardanza “del grito de auxilio”. A estos esfuerzos también se le unieron los franceses, quienes aportaron con los servicios de canes adiestrados en la búsqueda de cadáveres.
El número de muertes en Mameyes es la mayor cifra atribuida a un solo deslizamiento de tierra en la historia de Estados Unidos y sus territorios, y la peor de este tipo reportada en Puerto Rico. Este evento se produjo, principalmente, por la caída de hasta 5 pulgadas de lluvia en un lapso de tan solo 2 horas. Sin embargo, otros factores, de origen antropogénicos, también se mencionaron como causantes del desastre: un tubo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y el uso inadecuado de pozos de agua. En el caso del tubo de la AAA presuntamente, este llevaba varios años con un escape del líquido, mientras que en el caso de los pozos sépticos se hizo alusión a los desbordamientos continuos por su inadecuada construcción y mantenimiento. Todas estas variables condujeron a la inestabilidad y sobresaturación del suelo, que, junto a las copiosas lluvias, resultaron en condiciones propicias para un gran deslizamiento de tierra.
Otras situaciones lamentables se reportaron en otros municipios como Santa Isabel, Caguas, Cidra y Jayuya. En todos estos, hubo muertes por ahogamiento y personas arrastradas o desaparecidas a raíz de golpes de agua. En Santa Isabel también colapsaron puentes por donde varios conductores cayeron al vacío, sumergiéndose en el Río Coamo, situación que provocó un total de 25 muertes. Además, sobre 700 familias perdieron sus hogares.
El desastre conmovió a la diáspora, a la región del Caribe y a Estados Unidos. A raíz del evento, se hicieron dos maratones de recaudación de fondos, uno local y otro en Nueva York. Estos resultaron en el recaudo de sobre $7 millones de dólares, $5 de ellos recaudados en nuestra región. Personajes muy conocidos en aquella época ―como Mario Moreno Reyes, mejor conocido como Cantinflas― se dieron cita en Puerto Rico para traer ayuda por parte del Gobierno mexicano; esto en agradecimiento con nuestra isla tras haber llevado ayudas a México, un mes antes, dado a la destrucción que allí generó un gran terremoto. Por su parte, el Gobernador Rafael Hernández Colón, quien es natural de Ponce, hizo gestiones con el Gobierno federal, y el presidente de entonces Ronald Reagan, para que se asignaran $10 millones de dólares para atender la tragedia, de los cuales se asignó un monto de $300 por cada familia afectada por el derrumbe.
Días después del deslizamiento, las autoridades trataban de dar con el paradero de más sobrevivientes. Atendían, además, la preocupación de los ciudadanos ante la susceptibilidad de contraer enfermedades. En este caso, el gobierno aprovechó la situación para promover la vacunación entre los afectados. Entretanto, ciudadanos ajenos al área del desastre visitaban el lugar para tomar fotografías o apropiarse de artículos que quedaron parcialmente sepultados por el lodo. Esto causó gran frustración y descontento por parte de los residentes del sur; tanto o más que el que se produjo al conocerse sobre los planes del gobierno de crear un parque en este lugar. A poco más de 3 décadas del evento, El parque de la recordación del barrio Mameyes, recientemente renombrado como Memorial de la recordación del barrio Mameyes, es la cede de conmemoración del deslizamiento. Varios de los sobrevivientes de la barriada se trasladaron a una comunidad al norte de Mameyes, denominada como el Nuevo Mameyes. Entretanto, hay una sala dedicada a este desastre en el Museo de la Historia de Ponce, ubicado en el casco urbano del municipio.
A nivel isla, y en términos de otros impactos a causa del paso de la onda tropical, la cosecha del café se vio seriamente afectada, con pérdidas ascendentes a $15 millones. Otros $440 millones se les añaden a las pérdidas, esto por daños a viviendas y asociadas al traslado o ayudas provistas a los damnificados. El Gobierno federal, a través de la Cruz Roja y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), proveyeron fondos para sufragar gastos; además de asistir con la provisión de tanques de agua y puentes portátiles. Otros contratiempos como la falta de energía eléctrica, la interrupción en las redes de comunicaciones y una pausa parcial en las clases del Departamento de Educación también fue parte de lo que conllevó este desastre.
Una vez la onda tropical se retiró de nuestra isla, se convirtió en depresión tropical al sur de República Dominicana, donde hizo entrada, y, posteriormente, en la tormenta Isabel. Ya con un centro de circulación atmosférico constituido, Isabel continuó su rumbo hacia el noroeste a través de La Española, el 7 de octubre, todavía dejando una estela de mal tiempo y gran nubosidad en Puerto Rico. Posteriormente, llegó a la región entre el noreste de Florida y el sureste de Georgia el 10 de octubre de 1985. En aquel entonces, y tras la interacción con un frente frío, el sistema perdió fuerzas hasta degradarse nuevamente a depresión, tomando un giro hacia el noreste y se desplazó sobre aguas frías del Atlántico. Estas zonas no reportaron eventos tan severos como los que ocurrieron en nuestra isla.
Referencias consultadas y otros recursos de interés
Almeyda, J. 2009. “Otro aniversario de Mameyes”. Publicado en Biblioteva Virtual de Puerto Rico.
EcoExploratorio: Museo de Ciencias de Puerto Rico (http://ecoexploratorio.org/)
Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Gobierno Municipal Autónomo de Ponce. 2011. Ordenanza Número 50 Serie de 2010-2011 para re-denominar El Parque de la Recordación del Barrio Mameyes con el nombre de "Memorial de la recordación del Barrio Mameyes.
National Oceanic and Atmospheric Administration report on Tropical Storm Isabel - October 4-16, 1985: https://www.wpc.ncep.noaa.gov/tropical/rain/isabel1985.html
Quiñones, F. y Johnson, K.G. 1987. “The floods of May 17-18, 1985 and October 6-7, 1985 in Puerto Rico”. USGS Open-file Report 87-123. San Juan, PR: US Geological Survey.
Schuster, R.L. y Highland, L.M. 2001.”Socioeconomic and Environmental Impacts of Landslides in the Western Hemisphere”. USGS Open-File Report 01-276. Denver, Colorado: US Geological Survey.
Silva-Tulla, F. 1986. The October 1985 “Landslide at Barrio Mameyes, Ponce, Puerto Rico”. Informe para el National Research Council, Commission on Engineering and Technical Systems, Committee on Natural Disasters.
Slosson, J.E., Keene, A.G. y Johnson, J.A. 1992. “Landslides/Landslide Mitigation”. Washington, DC: Geological Society of America.
Telenoticias PR: Recuerdan tragedia que estremeció al país. https://www.telemundopr.com/noticias/destacados/A-30-anos-de-la-tragedia-en-Mameyes-331073132.html
Unit for Disasters Studies – UWI Jamaica. Landslides in Puerto Rico
http://isis.uwimona.edu.jm/uds/Land_Puerto_Rico.html
Weather Underground Hurricane and Tropical Cyclones Archive https://www.wunderground.com/hurricane/hurrarchive.asp
EcoExploratorio: Museo de Ciencias de Puerto Rico (http://ecoexploratorio.org/)
Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Gobierno Municipal Autónomo de Ponce. 2011. Ordenanza Número 50 Serie de 2010-2011 para re-denominar El Parque de la Recordación del Barrio Mameyes con el nombre de "Memorial de la recordación del Barrio Mameyes.
National Oceanic and Atmospheric Administration report on Tropical Storm Isabel - October 4-16, 1985: https://www.wpc.ncep.noaa.gov/tropical/rain/isabel1985.html
Quiñones, F. y Johnson, K.G. 1987. “The floods of May 17-18, 1985 and October 6-7, 1985 in Puerto Rico”. USGS Open-file Report 87-123. San Juan, PR: US Geological Survey.
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Slosson, J.E., Keene, A.G. y Johnson, J.A. 1992. “Landslides/Landslide Mitigation”. Washington, DC: Geological Society of America.
Telenoticias PR: Recuerdan tragedia que estremeció al país. https://www.telemundopr.com/noticias/destacados/A-30-anos-de-la-tragedia-en-Mameyes-331073132.html
Unit for Disasters Studies – UWI Jamaica. Landslides in Puerto Rico
http://isis.uwimona.edu.jm/uds/Land_Puerto_Rico.html
Weather Underground Hurricane and Tropical Cyclones Archive https://www.wunderground.com/hurricane/hurrarchive.asp